Gran Valle del Rift: un cinturón de maravillas naturales en África del Este
En el sistema del Gran Valle del Rift se encuentran paisajes emblemáticos de África, como el Kilimanjaro, el cráter del Ngorongoro, las vastas sabanas que albergan a los Cinco Grandes y los Grandes Lagos. Además, aquí se han encontrado restos de nuestros propios antepasados y sus parientes. Pero en el futuro, el Gran Valle del Rift sufrirá una gran transformación: el continente africano se romperá y el espacio entre ambas partes será invadido por el océano.
Autora: Kathelijne Bonne. Edición española: Silvia Zuleta Romano.
El Gran Valle del Rift es una región alargada de depresiones, valles, fallas, fracturas y volcanes que se extiende de norte a sur a lo largo de todo el continente africano, desde Turquía, pasando por Etiopía, hasta Mozambique y Botsuana. El Gran Rift se formó primero en el norte y luego se expandió hacia el sur, como una cremallera gigante.
En este artículo haremos un viaje de norte a sur por el Gran Rift y nos maravillaremos con algunos de los paisajes geológicos más notables. Pero primero expliquemos rápidamente cómo surgió el Gran Rift y cuál es su destino.
África se divide en dos
La cáscara exterior de la Tierra, conocida como litosfera, está fracturada en un rompecabezas de placas rígidas, que son impulsadas por movimientos en las profundidades del manto terrestre, como se describe en nuestro artículo sobre la Tectónica de Placas. Cuando dos placas tectónicas se mueven una hacia la otra, como es el caso de las placas convergentes, se levantan montañas. En cambio, las placas divergentes se alejan una de otra, creando depresiones o grietas, los 'rifts' (valles alargados que se hacen cada vez más profundos), como en África.
Cuando la placa tectónica africana se divida en dos a lo largo del Gran Rift, la placa de Nubia, en el oeste, se separará de la placa de Somalia, en el este (véase el mapa ilustrado, debajo). En el futuro, un nuevo océano ocupará el espacio entre ambas placas. La separación de las placas avanza lentamente, unos pocos centímetros por año. En África, los primeros signos del 'rifting' comenzaron hace más de 40 millones de años, durante la época del Eoceno, pero la mayor actividad tuvo lugar durante los últimos quince a diez millones de años.
Equipados con estos conocimientos previos, nos embarcamos en nuestro épico viaje. Nos encontraremos con algunos compañeros homínidos y cruzaremos grandes ríos y volcanes. Nuestro viaje comienza en Oriente Medio.
El triángulo de Afar
Las fallas del sistema de la Gran Valle comienzan en Turquía y se dirigen hacia el sur, paralelamente al Monte Líbano, a través de la depresión del Mar Muerto, uno de los lagos más bajos y salados de la Tierra. A través de las fallas del Golfo de Aqaba, esta zona está unida al famoso Triángulo de Afar, situado en el norte de Etiopía, Yibuti y Eritrea (ver mapa abajo). El Triángulo de Afar es una zona baja, también conocida como la Depresión de Danakil, con volcanes, fallas y lagos de sal y azufre. Aquí, no dos, sino tres placas tectónicas, la de Arabia, la de Nubia y la de Somalia, se mueven en direcciones opuestas entre sí y un "joven" océano, en el Golfo de Adén y el Mar Rojo, ya invadió lo que antes era tierra. Desde esta región, la gran cremallera se extiende hacia África, a través del Rift Etíope.
El Triángulo de Afar es también un importante yacimiento paleoarqueológico. En los años setenta del siglo pasado se desenterró el esqueleto de un joven homínido femenino, Lucy. Pertenecía al género Australopitecos afarensis y vivió hace unos 3,2 millones de años.
Del infierno a las riberas fértiles
Tanto las mesetas del altiplano etíope como las profundidades de la Depresión del Danakil se formaron por medio del proceso de rifting. La Depresión del Danakil es un infierno en términos de calor, sequía y vulcanismo. Sólo las especies más resistentes, entre ellos los llamados extremófilos, prosperan en este tipo de entorno. El volcán Erta Ale es uno de los seis únicos volcanes del mundo con un lago de lava activo.
En los bordes de la Depresión del Danakil, la tierra se eleva abruptamente hasta las tierras altas de Etiopía. Ahí, las rocas son de basalto, testimonio de un episodio de enormes erupciones volcánicas que precedieron al rifting hace 30 millones de años. El Nilo Azul nace en estas tierras altas volcánicas. A medida que el lecho de basalto se convierte en sedimento, los minerales volcánicos se desprenden y son arrastrados por los ríos. Miles de kilómetros río abajo, los sedimentos volcánicos se asientan en las riberas egipcias del río Nilo, dando lugar a suelos increíblemente fértiles. Este afortunado capricho geológico debió de beneficiar el cultivo y la prosperidad cultural del Antiguo Egipto.
A medida que avanzamos hacia el sur, el Gran Rift se divide en dos grandes ramas: una occidental y otra oriental.
La rama oriental: El niño Turkana
La rama oriental nos lleva a Kenia a través del lago Turkana. En las orillas de este enorme lago, se excavó en 1984 un esqueleto de aspecto humano muy completo. Pertenecía a un niño de nueve años que vivió hace aproximadamente 1,5 millones de años, ahora conocido como Turkana Boy, un Homo ergaster.
En la frontera con Tanzania se detiene la rama oriental del Gran Rift, y aquí se elevan algunos majestuosos y solitarios volcanes sobre las extensas sabanas: El Kilimanjaro, el Monte Kenia, el Monte Meru y el Monte Elgon. Un volcán muy especial y fotogénico es el Oldoinyo Lengai, montaña sagrada de los masai. Produce lava carbonatada, el único volcán del mundo que lo hace. El cráter del Ngorongoro, por su parte, es un antiguo volcán erosionado.
La rama occidental: Los grandes lagos y los grandes simios
Dirigiéndonos hacia el oeste, la rama occidental no es menos majestuosa en cuanto a paisajes. Nos encontramos en la zona de los Grandes Lagos de África; los lagos Albert, Edward, Kivu, Tanganica, Rukwa y Malawi se extienden en una gran S de norte a sur. Estos lagos son profundas depresiones de rift que se han rellenadas de agua de lluvia y ríos. Los lagos Tanganica y Malawi tienen 1400 y 600 metros de profundidad respectivamente, y existen desde hace 12 y 8 millones de años, lo que los sitúa entre los lagos más antiguos del mundo.
Además, están enmarcados por montañas y volcanes. Por ejemplo, las montañas Rwenzori, de 5.000 metros de altura, en Uganda. Estos picos nevados son probablemente lo que los exploradores del siglo XIX llamaban las Montañas de la Luna, donde se creía que se encontraba la fuente del Nilo. En el Congo, el lago de lava del famoso volcán Nyirangongo, cerca de la ciudad de Goma, envuelve el cielo nocturno, a menudo nublado, en un ominoso resplandor rojizo. En Tanzania, en las escarpadas y prístinas laderas del lago Tanganica, Jane Goodall, a quién tuve la suerte de conocer, puso el pie en 1960 para estudiar a nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés. Sus descubrimientos hicieron que los antropólogos cambiaran la definición de hombre.
La rama occidental del Gran Rift es la 'torre de agua' de África: los grandes ríos del continente, el Congo, el Nilo y el Zambeze, nacen aquí. El clima es muy húmedo y, por tanto, la vegetación es exuberante. Uganda, un país de color verde esmeralda salpicado de lagos en cráteres, humedales y ríos, es llamada con razón la perla de África. Debido a la extrema variedad climática y geográfica, la biodiversidad es muy elevada en la rama occidental. Las Virungas son el último refugio del amenazado gorila de montaña, defendido, literalmente, hasta la muerte por Dian Fossey, asesinada en 1985. En la actualidad, los gorilas son protegidos por los rangers del Parque Nacional de Virunga, entrenados especialmente para ello y que arriesgan sus vidas a diario debido al conflicto armado en el este de la República Democrática del Congo.
Lago Victoria y el origen del Nilo
Entre la rama oriental y la occidental se encuentra el lago Victoria, un inmenso lago poco profundo. Se abastece de agua gracias a los numerosos ríos de las tierras altas circundantes. Por desgracia, también está muy contaminado. Cerca de Jinja, en Uganda, las aguas del lago Victoria se desbordan y aquí el Nilo Blanco inicia su largo viaje hacia su encuentro con el Nilo Azul en Sudán, para desembocar en el Mar Mediterráneo.
Partes jóvenes del Gran Rift
Nos dirigimos más al sur. Más allá del lago Tanganica, el Gran Rift vuelve a dividirse en dos ramas, menos conocidas. Una de ellas se extiende hacia el este hasta las llanuras del sur de Mozambique. La actividad del Gran Rift comenzó aquí "recientemente", quizás hace menos de un millón de años. Esto se manifiesta en un relieve general plano con algunas colinas suaves y menores, mucho menos espectaculares que en otras partes del Gran Rift. Sin embargo, estas colinas son lo suficientemente importantes como para desviar el curso del gran río Limpopo, que se ve obligado a fluir hacia el sur.
A continuación, nos adentramos en la rama suroccidental del Gran Rift. Se extiende a través de Zambia hasta Botsuana, a lo largo de algunas cuencas del rift muy profundas, Mana Pools y el Gwembe Trough, lugares de safari de primer orden. El río Zambeze corre hacia el este a través de estas depresiones escarpadas. Justo en el corazón del sur de África, el Dr. David Livingstone encontró una imponente cortina de cascadas de 1.700 metros de ancho. El "humo que truena", o Mosi-oa-Tunya, se forma por la diferencia de altura entre las depresiones formados por los rifts y la meseta circundante. Livingstone bautizó las cataratas con el nombre de su reina, y como tal, las cataratas Victoria pasaron a ser conocidas por el mundo occidental.
Delta del Okavango y Homo sapiens en Botsuana
Hemos llegado a Botsuana, al final de nuestro viaje. A primera vista, se trata de un país bastante llano. Sin embargo, al igual que en el sur de Mozambique, las imágenes de radar revelan algunas suaves colinas y laderas, signo de las primeras etapas de rifting. Y al igual que en Mozambique, esto es suficiente para influir en el curso de los ríos. El delta del Okavango se formó porque un 'bloque' de la corteza terrestre se ha hundido ligeramente, creando un ecosistema único de humedales y cursos de agua.
Más al este, en Botsuana, encontramos unas depresiones poco profundas en forma de cuenco, las salinas de Makgadikgadi, cuyo nivel de agua varía enormemente en función de las precipitaciones. Recientes investigaciones demuestran que el Homo sapiens vivió y prosperó aquí, hace unos 200.000 años, y empezó a migrar desde aquí.
Aquí termina nuestro viaje. Sin duda, el valle del Rift no solo es de interés geológico sino también es la cuna de la humanidad. Es una región que merece la pena visitar por sus exuberantes paisajes y su legado paleontológico.
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Video título: VolcanoDiscovery: Fly over an active lava lake - Erta Ale volcano, Ethiopia: https://www.youtube.com/watch?v=qkFJw9vTRpg
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Fuentes:
Bonne & Caracciolo (2017) Prediction of volumetric data and reservoir properties of the Mozambique Margins, from sediment source to sink reconstruction using an empirical model and analogues. Presented at International Meeting of Sedimentology, Toulouse, France.
Chan, E.K.F., Timmermann, A., Baldi, B.F. et al. Human origins in a southern African palaeo-wetland and first migrations. Nature 575, 185-189 (2019). https://doi.org/10.1038/s41586-019-1714-1
Dawkins, R & Wong Y, 2019, Het verhaal van onze voorouder: een pelgrimstocht naar de oorsprong van het leven. Nieuw Amsterdam, 848 p.
Modisi, M. P. et al, 2000, Rift kinematics during the incipient stages of continental extension: Evidence from the nascent Okavango rift basin, northwest Botswana. Geology, v. 28; no. 10; p. 939-942.
MacGregor, D. 2014, African Rift System: A series of interpreted maps through time. Journal of African Earth Sciences, Vol. 101, 232-252.
Yirgu et al, 2006, The Afar volcanic province within the East African Rift System: introduction. Geological Society, London, Special Publications, 259, 1-6, https://doi.org/10.1144/GSL.SP.2006.259.01.01
Fotos:
Wildebeest migration: Daniel Rosengren / CC BY 4.0.
(*) Mapas de base de Africa: Gran Valle del Rift: Redgeographics / CC BY-SA 4.0, editados por Kathelijne Bonne.
(**) Reconstrucción Turkana Boy: Neanderthal Museum / CC BY-SA 4.0.
Artículo de Kathelijne Bonne, geóloga y científica de suelo. Escribo también en Good Climate News.
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