La salinización del suelo: un riesgo para la seguridad alimentaria
El problema del aumento de la salinidad del suelo plantea grandes retos a los agricultores y científicos de todo el mundo. La superficie de los suelos afectados por la sal se está ampliando como resultado de décadas de mala gestión y agricultura industrial. La mayoría de los cultivos no toleran la sal. Por tanto, la seguridad alimentaria y el buen funcionamiento de los servicios de ecosistema están en peligro. Y el cambio climático no hace sino empeorar las cosas. En este artículo, exploraremos qué es la salinización del suelo, cuál es su causa, qué países están afectados y qué se puede hacer al respecto.
Autora: Kathelijne Bonne. Edición española: Silvia Zuleta Romano.
¿Qué es un suelo afectado por salinidad?
La salinización del suelo se refiere al aumento de las concentraciones de sal en los mismos, lo que dificulta la absorción de agua por las raíces de las plantas. Las plantas tienen entonces lo que se llama estrés osmótico. Como consecuencia, la productividad y la salud del suelo se deterioran. En un suelo afectado por la sal, el crecimiento de las plantas disminuye, la estructura del suelo se deteriora, se forman grietas y comienzan a formarse manchas blancas e incluso cristales en el perfil del suelo y en la superficie. Cuando aparecen los primeros signos de salinización, aún es posible remediarlos, pero al cabo de un tiempo el problema se vuelve irreversible (a menos que se utilicen técnicas complicadas y costosas). Los agricultores abandonan entonces sus campos para evitar pérdidas aún mayores. Por supuesto, se trata de un círculo vicioso en el que se ven envueltos especialmente los pequeños agricultores pobres.
La salinización del suelo es una de las principales causas de la desertificación. Los estudios la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (la FAO) muestran que 833 millones de hectáreas de tierra (cuatro veces la superficie de la India, y el 9% de la superficie total) están afectadas por la sal, debido a la actividad humana. Desde los años 90, esta cifra asciende a unas 5.000 hectáreas diarias. Ante esta alarmante tendencia, la FAO ha creado conciencia sobre la salinización del suelo y ha tratado de educar al público y a los responsables políticos sobre este fenómeno, en vísperas del Día Mundial del Suelo, el 5 de diciembre de 2021. Se ha cartografiado la salinidad del suelo y se ha publicado el Mapa Mundial de Suelos Afectados por la Sal, disponible para todo el mundo.
El suelo y el círculo de la vida
Pero para entender la salinización del suelo, centrémonos primero en la importancia de los suelos en general. El suelo es la fina capa exterior de la corteza terrestre en la que pueden crecer las plantas. Es literalmente la base de todos los ecosistemas terrestres. En el suelo, la roca dura que compone la corteza terrestre ha sido meteorizada por interacciones químicas con el agua, el aire y la vida, y se descompone en pequeñas partículas de sedimento sueltas. Este sedimento suelto se mantiene unido - en un suelo sano - por la humedad del suelo, los microorganismos vivos, la materia orgánica en descomposición y el humus. El humus está formado por ácidos húmicos. Estos son los restos de organismos vivos que pueden permanecer estables durante miles de años. Los ácidos húmicos dan al suelo su típico color negro o marrón oscuro y su típica estructura esponjosa. Invisibles a simple vista son los miles de millones de microorganismos, como las bacterias, que realizan un sinfín de tareas vitales en cada cucharadita de suelo. Una de estas tareas, aunque ciertamente no la única, es procesar el material vegetal muerto y liberar los componentes de estas plantas de vuelta al suelo para que puedan ser absorbidos de nuevo por una nueva generación de plantas a través de las raíces. Así es como se desarrolla el ciclo de la vida en el suelo.
Pero en muchos lugares, este ciclo saludable y crucial ha sido llevado a sus límites y puede que deje de funcionar. La salinización del suelo es solo una de sus muchas formas de degradación. En pocas palabras, la degradación del suelo se produce cuando éste pierde su capacidad de llevar a cabo las antes mencionadas funciones vitales del ecosistema. Como resultado, también se reduce su capacidad de producir biomasa y cultivos agrícolas.
Cuando la gestión del suelo es insostenible
Las sales están presentes de forma natural, pero sus concentraciones en el suelo suelen ser bajas. Las aguas subterráneas saladas suelen ser lo suficientemente profundas como para no suponer una amenaza para las raíces de las plantas. Las causas de la salinización del suelo son las prácticas que hacen que la sal de las aguas subterráneas profundas ascienda hasta la zona de las raíces; que la sal no se elimine con la lluvia y las aguas subterráneas; y que el agua del suelo adquiera mayores concentraciones de sal por otros medios. Los principales son la irrigación, la deforestación, la agricultura intensiva (incluido el arado), el pastoreo, el bombeo de aguas subterráneas y el uso de pesticidas y fertilizantes.
En las regiones secas, los cultivos necesitan riego. Por desgracia, muy a menudo, el agua de riego suele ser de mala calidad y ya salada por sí y como esta agua de riego también se despilfarra (porque es barata), los campos reciben más agua de la necesaria. El exceso de agua se evapora debido al clima seco, dejando la humedad del suelo más concentrada en sales. El riego con agua no salada también puede hacer que las aguas subterráneas más profundas y salinas (que normalmente no tienen efecto sobre la vegetación) suban a la zona de las raíces. Al mojar el suelo desde arriba en las zonas secas, se forma una columna de agua ininterrumpida con esta agua profunda. La ósmosis hace que sal suba. La deforestación también provoca la salinización. La desaparición masiva de estos "pulmones" cambia los patrones de precipitación, llueve menos, las sales tienen menos posibilidades de ser arrastradas por las aguas subterráneas y hay más evaporación. El bombeo de aguas subterráneas cerca del mar hace que las aguas subterráneas salobres o saladas migran hacia el interior. El uso irresponsable de fertilizantes y pesticidas cambia la química y la estructura del suelo, haciéndolo más propenso a la salinización. El pastoreo incontrolado de grandes rebaños que pisotean destruye la estructura del suelo y la cubierta de hierba, aumentando la evaporación y la salinidad. La eliminación de las plantas con raíces profundas puede causar una subida del nivel freático, haciendo que las sales suban hasta la zona de las raíces. Y cuanto más se expone el suelo al aire, por la deforestación, por el arado y por los campos desnudos, más aumenta la salinidad.
Un suelo afectado por la sal es más vulnerable a la erosión, la permeabilidad del suelo se reduce, la biodiversidad disminuye y el funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos se debilita. Y, en última instancia, todos estos problemas provocan el aumento de los precios de los bienes esenciales y la migración forzosa de los pueblos.
Agua naturalmente salada
Los suelos salinos y sódicos (dos tipos de suelos con alta salinidad) se dan de forma natural en regiones muy áridas, pero debido a la actividad humana, ahora también son comunes en las zonas lluviosas. La salinidad natural suele darse a lo largo de las costas, donde la brisa marina arrastra la sal a la tierra y donde las inundaciones son habituales. O en zonas del interior que eran el fondo del mar en el pasado geológico y, por tanto, tienen un alto contenido en sal, por ejemplo, en Australia y el sureste de España. Y más al interior, donde los lagos se han secado debido a los cambios climáticos del pasado, como las altiplanicies de los Andes, el Himalaya y Mongolia, que también tienen climas extremadamente secos. En estas zonas naturalmente salinas, prosperan animales, plantas (halófitas) y otros organismos bien adaptados, que encuentran refugio en las llanuras salinas, formando delicados ecosistemas. Pero la gran mayoría de los seres vivos sucumben a la sal, al igual que todos los cultivos comerciales (trigo, arroz, maíz, centeno, hierba, sorgo, soja, frutas, verduras, etc.) con los que alimentamos a la humanidad, y el ganado criado para ella.
¿Y de dónde viene toda esta sal?
Las sales se forman a través de la meteorización de las rocas durante los procesos de formación del suelo. Elementos como el sodio, el potasio, el calcio, el magnesio, el cloro, el bicarbonato, el sulfato, etc. se liberan en la humedad del suelo. Estos elementos reaccionan entre sí formando sales. Si hay suficientes precipitaciones, las sales que están presentes de forma natural en el suelo son eliminadas por las aguas subterráneas. Las aguas subterráneas alimentan los ríos que desembocan en el océano. Gracias a esta afluencia, los mares son ricos en sales y minerales, ya que se han repuesto continuamente durante millones de años.
Down Under
Muchos de los suelos de Australia están gravemente afectados por la sal. Las causas de la salinización del suelo en Australia son una combinación de una agricultura y una gestión del suelo insostenible, un clima árido no adecuado para los cultivos, y su pasado geológico. La sal abundante de forma natural era inicialmente bastante profunda y no afectaba al crecimiento de la vegetación indígena. Pero desde la colonización británica y el advenimiento de la agricultura industrial moderna, esta sal profunda ha percolado hacia arriba, a través del riego masivo (a menudo con agua salada) y dejando los campos desnudos, desprovistos de toda vegetación, durante la temporada no productiva. En este último caso, el agua de lluvia se hunde en el suelo, no retenida por la vegetación, y se conecta con el agua salada más profunda, causando la subida de sal.
Las pérdidas en Australia por la salinización del suelo son inmensas. Además de las pérdidas evidentes por la reducción de la productividad agrícola, la calidad del agua potable de las ciudades se deteriora. Australia tiene que desalinizar el agua de mar para satisfacer su demanda de agua potable. La sal también es enormemente perjudicial para las infraestructuras. Pero, por suerte, los científicos, agricultores y responsables políticos australianos se dieron cuenta hace décadas de que es imprescindible cambiar a métodos de gestión del suelo respetuosos con la naturaleza. En los años noventa, el Gobierno ha puesto en marcha importantes programas que abordan la salinidad del suelo, como el National Dryland Salinity Program (1993-2004) y el National Action Plan for Salinity and Water Quality. En la actualidad, la gestión sostenible de la tierra cuenta con el apoyo del National Landcare Program.
La salinización del suelo también se produce en otros lugares, por ejemplo, en la llanura del Indo, Oriente Medio, el delta del Nilo, el delta del Ebro (España), los Países Bajos, Perú y partes de la pampa argentina. El Mar de Aral, un caso muy grave, fue en su día muy grande, pero ahora se ha secado casi por completo debido al cambio climático. El fondo emergido de este mar interior fue primero fértil y cultivado. Pero la irrigación con agua salada provocó la salinización y la zona que rodea los remanentes del Mar de Aral ha perdido su productividad.
¿Qué solución hay a la creciente salinización del suelo?
Hay diferentes tipos de suelos afectados por la sal (hay suelos salinos, suelos sódicos y suelos alcalinos), cada uno de los cuales requiere su propio enfoque específico. Existen métodos de desalinización de alta tecnología, pero un primer paso es pasar a la gestión sostenible del suelo, la agricultura regenerativa y la agricultura de precisión respetuosa con el medio ambiente. Hay que frenar el riego, el bombeo, el barbecho, la fertilización química y el uso de pesticidas. El riego por goteo, el abono natural, el aumento de la biodiversidad, agroforestería y los cultivos tolerantes a la sal pueden ayudar a restablecer los equilibrios naturales.
Las soluciones a la salinización del suelo forman parte de una necesidad mundial de soluciones sostenibles, esfuerzo y voluntad política para garantizar la seguridad alimentaria en el futuro.
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¿Aún no has leído bastante sobre la sal? Leer también en GondwanaTalks: El litio: geología asombrosa, explotación perturbadora. O sobre el cambio climático (¿a qué velocidad se está produciendo?) y los límites planetarios (¿es segura la Tierra para los humanos?).
Artículo escrito por Kathelijne Bonne, geóloga y científica del suelo. Editora de GondwanaTalks.
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Fuentes:
Joint Research Centre (JRC): Sustainable agriculture and soil conservation, Soil degradation processes: Salinization and sodification: https://esdac.jrc.ec.europa.eu/projects/SOCO/FactSheets/ENFactSheet-04.pdf
Nature, Planetary limits to soil degradation: https://www.nature.com/articles/s43247-021-00323-3
FAO, Global Soil Partnership, Global Map of Salt-Affected Soils: https://www.fao.org/global-soil-partnership/gsasmap/en/
FAO, Voluntary Guidelines for sustainable soil management: https://www.fao.org/3/bl813e/bl813e.pdf
UN Natural Resources Forum, Salt-induced land and water degradation in the Aral Sea basin: A challenge to sustainable agriculture in Central Asia: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1477-8947.2009.01217.x
Earth Observation System, Soil Salinization: https://eos.com/blog/soil-salinization/
JRC, World Atlas of Desertification, Soil Salinization: https://wad.jrc.ec.europa.eu/soilsalinization
Diamond, Jared. Collapse. Penguin Books, 2011.
Photo Salty Soil EU JRC: https://wad.jrc.ec.europa.eu/sites/default/files/subchapters/11_4_Salinisation/11_4_Salinization_img6.jpg