Valle del Jerte: en la falla del Jurásico crecen las cerezas
En la sierra de Gredos hay un valle fluvial que en el mapa parece antinaturalmente recto. Sin embargo, no es artificial, y tampoco casualidad. El río Jerte fluye a lo largo de la mayor falla geológica de España, que se formó en una época en la que los dinosaurios aún vagaban por el planeta, el Jurásico.
Kathelijne Bonne. Artículo pendiente de revisión lingüística en español.
En España todos saben que las mejores cerezas de la península, la cereza picota, proceden de Extremadura y, más concretamente, del Valle del Jerte en la provincia de Cáceres. Dos veces al año, este lugar único en la vertiente sur de la Sierra de Gredos se ve inundado de visitantes. En primavera florecen los cerezos, lo que da lugar a etéreos panoramas de cuento de hadas. En verano, los árboles se cargan de cerezas picota de distintas variedades.
Hordas de madrileños reservan entonces una fórmula todo incluido: un día de ida y vuelta en autobús para recoger tantas cerezas como uno pueda cargar y asistir a la "feria de la cereza picota y cereceras", todo tipo de actividades y festejos relacionados con la recogida de la cereza.
Pero el Valle del Jerte es algo más que un punto de encuentro de la fruta. Veamos la geología del Valle del Jerte.
La mayor falla de Europa
El río Jerte fluye en línea recta hasta la ciudad de Plasencia, en el suroeste, para unirse finalmente al Tajo que fluye hacia Lisboa, formando parte de la mayor cuenca fluvial de la península.
Y lo que es más interesante, el Jerte discurre a lo largo de una de las mayores fallas geológicas de España, e incluso de Europa, que recorre todo el sureste hasta Alentejo, en Portugal.
La falla Alentejo-Plasencia se formó hace 200 millones de años, a principios del Periodo Jurásico. Antes, España, o más exactamente Iberia, formaba parte del supercontinente Gondwana. En este continente se encontraban África y Sudamérica, pero también comprendía partes de Europa, incluida Iberia. Durante el Jurásico, se desarrolló una gran zona de fracturas entre lo que hoy es Sudamérica, el noroeste de África e Iberia. En una zona de "rift", las fuerzas tectónicas hicieron que el supercontinente Gondwana se rompió en varios bloques (los continentes de hoy) que empezaron a moverse en distintas direcciones. Iberia estaba en el medio de toda esta actividad. Al mismo tiempo, un nuevo océano, en este caso el Atlántico, se formó entre ellos. Así, esos bloques separados se convirtieron en los continentes que ahora reconocemos en el mapamundi.
Todo este proceso de desintegración continental estuvo acompañado de enormes tensiones en la corteza terrestre. En algunos lugares, la corteza se rompió y se formaron fallas geológicas. La falla Alentejo-Plasencia es una de las mayores fallas que se formaron durante este proceso.
Muchas de estas fallas se llenaron de magma. Una roca magmática llamada dolerita se encuentra por todas partes a lo largo del cauce del Jerte, como testigo mudo de la violencia prehistórica. Según los geólogos, la falla sigue activa y tarde o temprano podría sufrir un terremoto. O dicho de otro modo, las tensiones de la corteza pueden liberarse a lo largo de esta falla, ya que toda falla sigue siendo siempre un punto débil.
Además, los ríos son más propensos a labrarse su camino a lo largo de una zona de debilidad y fracturas, por eso muchos ríos discurren por fallas, como el Jerte.
Microclima
La mejor época para visitar el Valle del Jerte es en junio, cuando es la temporada de las cerezas. El microclima es cálido durante el día y agradablemente fresco a última hora del día. Desde Madrid, se llega al Valle del Jerte pasando por Ávila y el puerto de Tornavacas, tras lo cual la pista desciende en varias curvas cerradas. Es la frontera entre Castilla y León y Extremadura.
Gracias a su clima suave y a su paisaje único, el valle se presta a todo tipo de actividades naturales. Pasear por pequeños arroyos y cascadas, hacer picnic en las playas y bañarse en el Jerte, montar en bicicleta de montaña y observar la fauna son algunas de ellas. Podrá toparse con numerosas especies como rapaces, nutrias, gatos monteses e incluso la gineta.
En Cabezuela de Valle, que alberga un centro de información, hay playas más amplias en un meandro del Jerte. En los desfiladeros de la Garganta del Infierno, afluente del Jerte, se encuentran pozas naturales excavadas por cantos rodados en las corrientes rápidas desde la última Edad de Hielo.
Para recuperarse de las activas jornadas, puede cenar en uno de los varios pueblos situados a lo largo del río o en las faldas de las montañas. Durante los días gastronómicas de la cereza se preparan las más increíbles combinaciones de cerezas, a base de los platos típicos españoles. Por supuesto, hay muchas tiendas donde comprar todo tipo de productos relacionados con las cerezas, como mermeladas, licores, galletas, gazpacho, té y, por supuesto, grandes cajas llenas de cerezas recién recolectadas.
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Artículo escrito por Kathelijne Bonne, geóloga y científica del suelo.
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